Una encuesta realizada por la Federación de Consumidores de EE.UU. reflejó la preferencia de los estadounidenses respecto a los productos cárnicos que compran.
Este ejercicio reportó que 89% de los entrevistados está a favor de que haya una norma obligatoria que indique en el etiquetado la procedencia de los animales (país de origen), donde han pasado su vida productiva y en qué lugar han sido procesados.
Anteriormente con el etiquetado Country Of Origin Labeling (COOL), los productos cárnicos comercializados en Estados Unidos, tenían que indicar obligatoriamente dónde los animales nacieron, se criaron y fueron sacrificados, sin embargo Canadá y México denunciaron esta práctica ante la Organización Mundial de Comercio (OMC), quien determinó que esto provocaba pérdidas para ambos países por 1,016.94 millones de dólares; la norma fue derogada en 2016.
Thomas Gremillion, director del Food Policy Institute de Consumer Federation of America informó que los resultados publicados demuestra que  los consumidores estadounidenses continúan apoyando fuertemente el etiquetado del país de origen.
“Instamos a la Administración a incluir el etiquetado de país de origen en su renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Canadá y México deberían acordar retirar su demanda en la OMC y permitir al USDA requerir una vez más a los vendedores de alimentos que proporcionen esta información”.